HISTORIA
Las primeras referencias existentes de la Casería de Jesús nos llevan al siglo XVIII, siendo propiedad de Dª. María Leonarda de Lamas, quién donó la Casería a los Carmelitas Descalzos por testamento, reflejo de ello es una de las puertas de recios cuarterones que dispone la edificación en la que está tallado en madera el escudo de esta congregación religiosa.
Posteriormente, en el siglo XIX, siendo una finca con un molino de aceite y unos dos mil olivos, los cuales en sus años de cosecha cumplida llegaban a producir hasta 350 arrobas de aceite, pasó a ser propiedad de Dª. Joaquina Montoro, perteneciente a una familia acaudalada que regentó la Casería hasta finales de siglo y que tuvo que reconstruir casi por completo el molino tras sufrir una dura tormenta.
En 1897, la Casería pasó a manos de D. Mateo Candalija, que dispuso de ella hasta principios del siglo XX, con una carga impuesta por su anterior propietario de “una fiesta con jubileo a la Sagrada imagen de Jesús Nazareno y un día de novena a la Virgen del Carmen”.
Con el tiempo, la Casería fue a manos del Cordobés D. Francisco Martínez Matilla de quien la adquirió D. Cristóbal Almazán Gómez en el año 1960 (primera generación de la familia Almazán).
A partir de entonces, Cristóbal Almazán Gómez y su mujer, Adoración Ortega Pareja, regentaron la Casería de Jesús encargándose de la labranza de la finca de olivos, viendo de este modo cumplido el sueño de Cristóbal de adquirir la finca cuyos antiguos dueños acogieron hospitalariamente a su padre y sus 7 hermanos con motivo de una gran crecida del río.
En la actualidad, son sus hijos y nietos, actuales propietarios de la finca, los que pretenden poner en valor la Casería que sus padres y abuelos cuidaron con tanto empeño y dedicación.