La Casería de Jesús forma parte de un conjunto de edificaciones propias del olivar jiennenses que salpican el término municipal de Jaén. Luis Berges Roldán y Manuel López Pérez describieron con detalle estas edificaciones en su libro “Caserías de Jaén. Arquitectura del Olivar”.
Haciendo mención a lo que nos relatan en dicho libro, las Caserías son casas de labor propia del olivar, residencia habitual de sus caseros e incluso de los muleros encargados de las labores agrícolas. Igualmente a veces solían utilizarse como residencia esporádica de las cuadrillas de aceituneros y mozos de molino encargados de la recogida y molienda de la aceituna.
Se suelen presentar generalmente como un único edificio aislado, alzado en medio del olivar. Cuando la finca tiene una amplia extensión, es fácil encontrar Caserías dotadas de su propio molino o fábrica de aceite.
Generalmente las Caserías están distribuidas en tres plantas. Ante la fachada, se dispone la lonja o llanete, zona destinada a la preparación de las bestias, carga y descarga de las mismas así como tareas domésticas del campo. La lonja suele ser un espacio sombreado para el descanso en los días soleados, gracias a la parra que se presenta como toldo vegetal y a los poyos de fábrica dispuestos a ambos lados de la puerta de entrada.
En la planta baja se dispone una amplia cocina y la alcoba del matrimonio e hijos más pequeños. En el extremo opuesto de esta planta se ubica el hogar, donde se cocina y se enciende el fuego en los días más fríos, alrededor del cual encontramos poyos de fábrica utilizados como lecho para el descanso.
Bajo la escalera de acceso a la planta superior suele haber una cantarera con unos cántaros de barro que almacenan el agua potable.
La planta primera ha estado siempre dedicada a vivienda de los propietarios, contando con chimenea y distintas alcobas con grandes ventanas o balcones.
Una peculiaridad de estas edificaciones es que muchas de ellas estuvieron en manos de instituciones eclesiales, órdenes religiosas y nobleza, como le ocurrió a la Casería de Jesús, perteneciendo a la Congregación de Los Carmelitas Descalzos.
Otro aspecto característico de las Caserías es que su nombre, en muchas ocasiones alude a su propietario más notable. Por esta razón fue muy frecuente denominar las Caserías con el apellido familiar como ejemplo la Caseria de Candalija (Casería de Jesús).