La Finca Casería de Jesús se enmarca en el olivar tradicional de sierra, propio de Jaén. Situada en el Puente de la Sierra, a 7 km al sur de la capital jiennense, en la denominada Sierra Sur de Jaén, en las estribaciones de Puerto Alto, Otiñar y el Pantano del Quiebrajano.
El Puente de la Sierra fue antiguamente una zona de huertas y actualmente es una zona residencial, contando con una Parroquia (Santa Cristina) y una ermita (Cristo del Perdón de la Asomada).
En sus proximidades encontramos un monolito de Carlos III, un dolmen calcolítico, el antiguo poblado de Santa Cristina, el castillo de Otiñar, la zona recreativa de la Cañada de las Hazadillas y el impresionante paraje de Los Cañones.
El olivar perteneciente a la finca dispone de una zona llana pero también barrancos y pendientes, con olivos de variedad picual que han sido recolectados desde tiempos inmemoriales y que inicialmente tenían 3 y 4 pies.
La Casería perteneciente a la finca, al igual que muchas otras que salpican el término municipal de Jaén, aún resiste heroicamente al paso del tiempo, guardando el estilo arquitectónico inconfundible propio de las caserías de Jaén.
Como muy bien explicó D. Luis Berges Roldán en su libro “Caserías de Jaén, Arquitectura del Olivar”, estas construcciones son una parte importante de la Arquitectura Española y de su historia, y la familia ha sabido conservarla y mantenerla dentro de sus originales condiciones constructivas, sintiéndose siempre orgullosa de ella.
Accedemos a la Casería a través de un carril de apenas 500 metros, recibiéndonos en su entrada con dos piedras de un antiguo molino. Una vez traspasada la gran puerta de acceso al edificio nos encontramos con un pilón de piedra, donde mansamente discurre el agua, y un empedrado que da paso a una lonja aledaña a la entrada sobre la que se dispone una extensa parra.
En la fachada de la Casería se puede ver una hornacina dedicada a la Virgen del Carmen, testimonio de la carga impuesta por un antiguo propietario de una “fiesta con jubileo a la Sagrada Imagen de Jesús Nazareno y un día de Novena a la Virgen del Carmen”.
En su planta baja aún conserva el horno de cocer pan, la cocina, otras habitaciones que debieron corresponder a alcobas y más allá, las dependencias donde estuvo el molino de viga con sus enormes tinajas y los restos de artilugios utilizados para prensar la aceituna.
Bajo las escaleras que acceden a la planta superior encontramos un poyo de fábrica, donde guardaban los cántaros de agua.
La primera planta se divide en dos estancias, una de ellas con una sala grande que dispone de dos grandes ventanas, una chimenea y dos habitaciones usadas como dormitorio. La otra estancia, cuya puerta de acceso tiene tallado en madera la orden de los Carmelitas Descalzos, es de una única sala y en la cual hay unas escaleras que dan paso al palomar, donde se resguardaban las palomas criadas como esporádico alimento.
La Casería de Jesús también cuenta con una segunda edificación usada como cuadra, donde sus propietarios daban cobijo a distintos animales de labor, así como animales más pequeños como aves de corral.